El Cáucaso es una región entre el mar Negro y el Mar Caspio, con su  propia cordillera montañosa, rodeada de regiones bajas, de apenas 1200 kilómetros, que se tardarían menos de un día en recorres, si se pudiera.

Región donde la naturaleza tiene su propia voz, entre Europa del Este y Asia occidental, que comparten estados como Armenia, Georgia, Azerbaiyán, por el sur; mientras que por el norte, pertenece a siete repúblicas,  Chechenia, Osetia del Norte, Ingusetia, Kabardino-Balkaria, Karacháevo-Cherkesia,  Adiguesia y Daguestán. Esta subregión se suele incluir dentro de Europa Oriental, y los sucesivos conflictos de frontera suelen correr más acá, más allá el límite, mientras en la zona central se halla cubierta de numerosos glaciares, dominado por la presencia de abundantes bosques, por el lado occidental, mientras que el oriental, más en el llano, suele estar sometido a la desertificación.

Contrastes que compiten en altura, belleza y diferencias políticas, los habitantes del norte y el sur, se las ingenian para usar la naturaleza, el terreno que les es posible, para crear el ambiente necesario para instalar el hogar.

Para ser una zona a la que se conoce por el belicismo, más que por la belleza de la zona, en el medio se yergue este conjunto de iglesia y casa, en la cima de una montaña, más aislado de los hombres y cerca de Dios, producto de la escases, como si el planeta tuviera un apéndice en dirección al espacio, se destaca la extensa escalera para llegar a la cima.

La belleza del paisaje, y el sentimiento de espíritu elevado, no impide que se piense en aspectos más prácticos, por ejemplo, en cómo se abastece, qué servicios tiene, qué pasa con las muecas climáticas.

Hay una pequeña iglesia y la casita del morador, un monje que atiende a los feligreses.

En el medio de la alfombra verde, por sobre las copas de los árboles, es difícil ver a los habitantes, sin embargo, los rincones del bosque convive la comunidad con la naturaleza, en las condiciones que la naturaleza propone.

Esto implica siglos de acomodarse a las condiciones que la zona propone y una mirada más allá de los límites en muchos sentidos.